Como desde
hace más de un año fotografío un banco, busqué en Google para ver si ya se le había ocurrido a alguien esa
idea: la respuesta es que sí. La idea la tuvo un fotógrafo ucraniano que dedicó
diez años de su vida a fotografiar el banco que está frente a la ventana de la
cocina del piso de sus padres en Kiev. Se llama Yevgeniy Kotenko: simplemente,
hago fotos de lo que veo desde la ventana. Y lo que ve desde la ventana es
ese banco situado entre un parque infantil y un sendero donde va la gente a
caminar. Un lugar bastante concurrido que le llevó a recoger unas 700
fotografías, unas 700 mini historias reunidas bajo el título On the bench. En ellas nos encontramos a
personas de todas las edades, solitarias, en grupo, bebiendo, fumando,
charlando, amando, riñendo… Un hermoso registro de la historia de un banco al
que Kotenko presta sus ojos para que pueda ver cómo a su alrededor gira una multitud
de personas. Unas se van, otras llegan y entre tantos vaivenes el banco sigue
ahí, mientras los padres de Kotenko le recuerdan que no deje olvidada su cámara
de fotos en la cocina.
Guillermo
me recomendó la película Smoke (Wayne Wang, 1995). La puse y aparecí en Brooklyn, dentro de un estanco rodeada de
unos personajes que están conversando y fumando.
El estanquero lleva doce años yendo con su cámara de 35 mm a la
esquina de la Avenida Atlantic y la calle Clinton para dispararla a las siete
en punto de la mañana. Tiene todo un mundo de instantes metido en doce álbumes
de color negro: 4000 fotografías. Se trata de Auggie Wren, el personaje creado
por Paul Auster para un cuento de Navidad que le encargó The New York Times y que posteriormente
adaptó para la película Smoke. Auggie
Wren en la pantalla es el actor Harvey Keitel y William Hurt el trasunto de Paul
Auster en la película.
Hay un
momento en el que Auggie Wren le cuenta la historia que motivó las fotografías (pueden encontrarla leyendo El
cuento de navidad de Auggie Wren o viendo la película) y cuando se las enseña a
Paul y ve que éste las pasa muy rápido le dice: vas
demasiado deprisa. Nunca lo entenderás si no vas más despacio. Y entonces ya sí Paul es pura
atención y se va deteniendo en los detalles de cada una de ellas.
Me acordé viendo las fotografías de Yevgeniy Kotenko y de la película Smoke de una frase del director Yasujiro Ozu: hacer sentir la existencia de lo que llamamos vida sin utilizar
acontecimientos extraordinarios.
En Nubes
de vanguardia, un textito recogido en el libro de Gonzalo Maier Leer y dormir, me entero que el pintor
holandés Albert Carel Willink (1900-1983) hizo muchísimas fotografías de nubes.
Fotografías según Gonzalo Maier que tomaba
a la rápida, casi sin pensarlo, con nubes de todo tipo: grandes, negras,
chicas; en otras palabras, un catastro de las nubes que durante décadas
tapizaron los cielos de Amsterdam. De este modo el pintor se hizo
con un gran catálogo de nubes que luego utilizaba de modelo para pintar sus
cuadros. En una exposición estaban algunos de esos cuadros junto a la fotografía
al lado para ver el parecido literal.
Se
acerca la Navidad, ya han empezado a
montar el Belén en San Lorenzo de El Escorial, y quizá sea un buen momento para
volver a esa delicia que es Smoke, leer el cuento de Auster, subir
a fotografiar el banco –a pesar del frío polar -y buscar nubes, muchas muchas nubes.
Patricia L.D.
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