sábado, 6 de noviembre de 2021

De proyectos y otros cuentos (I)

 

Como desde hace más de un año fotografío un banco,  busqué en Google para ver si ya se le había ocurrido a alguien esa idea: la respuesta es que sí. La idea la tuvo un fotógrafo ucraniano que dedicó diez años de su vida a fotografiar el banco que está frente a la ventana de la cocina del piso de sus padres en Kiev. Se llama Yevgeniy  Kotenko: simplemente, hago fotos de lo que veo desde la ventana. Y lo que ve desde la ventana es ese banco situado entre un parque infantil y un sendero donde va la gente a caminar. Un lugar bastante concurrido que le llevó a recoger unas 700 fotografías, unas 700 mini historias reunidas bajo el título On the bench. En ellas nos encontramos a personas de todas las edades, solitarias, en grupo, bebiendo, fumando, charlando, amando, riñendo… Un hermoso registro de la historia de un banco al que Kotenko presta sus ojos para que pueda ver cómo a su alrededor gira una multitud de personas. Unas se van, otras llegan y entre tantos vaivenes el banco sigue ahí, mientras los padres de Kotenko le recuerdan que no deje olvidada su cámara de fotos en la cocina.

Guillermo me recomendó la película Smoke (Wayne Wang, 1995). La puse y aparecí en Brooklyn, dentro de un estanco rodeada de unos personajes que están conversando y fumando.

El estanquero lleva doce años yendo con su cámara de 35 mm a la esquina de la Avenida Atlantic y la calle Clinton para dispararla a las siete en punto de la mañana. Tiene todo un mundo de instantes metido en doce álbumes de color negro: 4000 fotografías. Se trata de Auggie Wren, el personaje creado por Paul Auster para un cuento de Navidad que le encargó The New York Times y que posteriormente adaptó para la película Smoke. Auggie Wren en la pantalla es el actor Harvey Keitel y William Hurt el trasunto de Paul Auster en la película.

Hay un momento en el que Auggie Wren le cuenta la historia que motivó las fotografías (pueden encontrarla leyendo El cuento de navidad de Auggie Wren o viendo la película) y cuando se las enseña a Paul y ve que éste las pasa muy rápido le dice: vas demasiado deprisa. Nunca lo entenderás si no vas más despacio. Y entonces ya sí Paul es pura atención y se va deteniendo en los detalles de cada una de ellas.

 Me acordé viendo las fotografías de Yevgeniy  Kotenko y de la película Smoke de una frase del director Yasujiro Ozu: hacer sentir la existencia de lo que llamamos vida sin utilizar acontecimientos extraordinarios. 

En Nubes de vanguardia, un textito recogido en el libro de Gonzalo Maier Leer y dormir, me entero que el pintor holandés Albert Carel Willink (1900-1983) hizo muchísimas fotografías de nubes. Fotografías según Gonzalo Maier que tomaba a la rápida, casi sin pensarlo, con nubes de todo tipo: grandes, negras, chicas; en otras palabras, un catastro de las nubes que durante décadas tapizaron los cielos de Amsterdam. De este modo el pintor se hizo con un gran catálogo de nubes que luego utilizaba de modelo para pintar sus cuadros. En una exposición estaban algunos de esos cuadros junto a la fotografía al lado para ver el parecido literal.

Se acerca la Navidad,  ya han empezado a montar el Belén en San Lorenzo de El Escorial, y quizá sea un buen momento para volver a esa delicia que es Smoke, leer el cuento de Auster, subir a  fotografiar el banco –a pesar del frío polar -y  buscar nubes, muchas muchas nubes.

Patricia L.D.


No hay comentarios:

Publicar un comentario