Después de elegir
unas pelis en Fnac, acompañé a L. a La casa
del libro. No tenía intención de comprar ninguno, ni siquiera me iba fijando con atención para ver qué había en las mesas y en las estanterías, pero no sé, lo vi ahí, como pasando desapercibido, como si fuese una de esas personas que tienen mucho que contar y sin embargo, no les gusta hacerse notar, y tuve que
llevármelo. Previo pago, claro. No sé qué fue:
un impulso, la sencillez de la portada, sus tapas finas, el nombre de
la editorial La uña rota,
no tengo ni idea, pero lo cogí. Le dije a L., “creo que
este libro va a ser un hallazgo”.Como si de repente tuviera en
las manos, como el chico de la portada tiene en las suyas, un libro
que me va a gustar mucho. Y aquí estoy, con Diego Meret y su libro En la
pausa. En la pausa.
No quiero buscar por Google. No quiero saber nada de Diego
Meret. Ni tampoco leer entrevistas, ni qué se ha escrito acerca de su obra, ni nada de nada. Sólo quiero sentarme, en la
pausa de una película, en las pausas al salir del
trabajo, en la pausa del trayecto en bus que me lleva del pueblo a la
ciudad, y leerlo: sin prólogos, sin anotaciones previas, sin
recomendaciones... Pensar que el libro me estaba haciendo una señal
y la detecté. Y el nombre y apellido, Diego Meret, me
recuerda a otro nombre y apellido de otro escritor: Diego Medrano.
También llegué a Los héroes inútiles
(recoge la correspondencia entre Leopoldo María
Panero y él) y Diario del artista echado a perder sin
haber escuchado nada sobre el autor ni la obra. Ojalá Diego
Meret y Diego Medrano no sólo tengan en común el nombre
y la prímera sílaba del apellido. Ojalá, se
trate de otro hallazgo. Otro hallazgo en esta mañana de
sábado, que por fin, vinieron a arreglar la enorme persiana
del salón. Por fin tengo luz del día, y no la triste
luz artificial. Este sábado apunta bien. En la
pausa. En las pausas.
Nota: Ayer vimos Los
hombres que no amaban a las mujeres, de David Fincher. No he leído
la trilogía Millenium. Tampoco vi las anteriores
adaptaciones que se hicieron de esos libros para el cine. Pero como Fincher nunca
me deja indiferente, fui a verla junto con L. ¿Puedo pedir el Oscar para
Rooney Mara? Académicos, ¿me oyen?
P.L.
Espero que esta “pausa.. “Sea un flechazo en la medida de tu deseo y disfrutes con esta lectura . Ya me contarás
ResponderEliminarUn abrazo
L.
Gracias, L. Ya he empezado el libro y puedo afirmar, ahora sí, que era una señal en toda regla ;-)
EliminarAbrazo