domingo, 26 de febrero de 2012

Declaración de guerra (2011), de Valérie Donzelli

Érase una vez una joven francesa llamada Valérie Donzelli y un joven francés llamado Jéremie Elkaïm. Los dos coincidieron un día, y desde ese día sus destinos quedaron ligados para siempre. Por eso no es de extrañar, que su historia trasladada a la ficción, al cine, les tenga a ellos como actores, interpretándose a sí mismos, representando lo que vivieron fuera de la pantalla, aunque con dos nombres que evocan mejor la idea de destino común: Romeo y Julieta.
Los dos son padres de un niño al que le detectaron a los dos años un tumor cerebral y de esa experiencia, de ese enfrentamiento con la enfermedad, de esa lucha nace Declaración de guerra, una película dirigida por ella, e interpretada, ya lo he dicho, por ella y por él.

Romeo: ¿pero por qué tiene que caer enfermo?
Julieta: porque somos capaces de superarlo.

Todo esto lo cuento, claro, una vez vista la película. Seguramente si hubiésemos sabido que la película trataba de unos padres y un niño con cáncer, nos habríamos decidido por ir a ver otra. Parece que un tema como éste sólo podía caer en los tópicos, en los lugares comunes. Pero qué lejos está Declaración de guerra de un telefilme a lo Antena 3.
En ningún momento se manipulan los sentimientos del espectador, es más, éste se sorprende riendo en algunas escenas. Se agradece cómo Valérie Donzelli nos cuenta la historia, su historia, aunque en una entrevista declara: la película es autobiográfica en el sentido de que Jérémie y yo tuvimos un hijo que enfermó gravemente, pero no relata nuestra historia. Valérie ha tenido el acierto y la valentía de quedarse con el qué, es decir, con eso que quería contar y que es la enfermedad de su hijo y cómo afecta a todas las personas que cuidan de ese hijo, de ese nieto, de ese sobrino, y trasladar algo particular a la ficción para transformarlo en algo que va más allá, eligiendo muy bien el cómo, y de este modo superando con creces el convertirse en una película más. 
Sí, el cómo en esta película es la clave. Y aunque están todas las fases por la que pasan las personas y sus familiares cuando una tragedia así llega a su vida, ella lo cuenta sin detenerse a compadecerse una y otra vez por el sino en el que se encuentran, de la noche a la mañana, sumergidos. Estupendo el momento en el que él y ella se ponen a cantar -creo recordar que ella está en el tren y él está en casa- como si estuviésemos durante unos minutos viendo un videoclip. Aparece por un lado la cara de él, por otro la cara de ella...Los dos cantando. Cantando-se. 
Declaración de guerra rezuma frescura y buen hacer. Los diálogos en el hospital, los diálogos con sus familias, la vitalidad de sus protagonistas.
Esta película ganó en el festival de cine de Gijón el premio a Mejor Película; y los de Mejor Actor y Mejor Actriz, para estos Romeo y Julieta contemporáneos. 
P.L.

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