domingo, 14 de octubre de 2012

Sonata para perdedores, de José Manuel Campillo Ortega.

Acerca de la confesión, nos dice María Zambrano en un libro titulado La confesión: género literario: Sin una profunda desesperación el hombre no saldría de sí, porque es la fuerza de la desesperación la que le hace arrancarse hablando de sí mismo, cosa contraria del hablar. Más adelante: huida de sí y expresión de alguna culpa, de un yo que se quiere rechazar.

El protagonista de Sonata para perdedores, de José Manuel Campillo Ortega, siente esa desesperación, y por eso se lanza a expresar la culpa, liberarla, hablar de sí mismo. Le sirve de confidente su amigo Arturo. Aunque al otro lado de las páginas, nosotros también prestamos nuestros oídos. Y escuchamos: Hace tiempo yo maté a una mujer.
                       
Jaime confiesa una parte de su vida bañada por la traición, el crimen y la mentira. Y esa parte de su vida tiene lugar en Florencia, la ciudad que elige para poner fin a sus días.

Nos encontramos con una persona cansada, sin ninguna ilusión, hastiada de todo, que decide coger todos sus ahorros y marcharse a la ciudad que le verá por última vez, y donde tiene la intención de exprimir hasta el último minuto y hacer todo aquello que nunca ha hecho. Antes del último adiós, antes de suicidarse, quiere que lo imprevisible forme parte de su vida; dejar a un lado la rutina, el orden. Cada momento, vivirlo con intensidad. En definitiva: no pensar la vida, sino vivirla.  

Y que mejor ciudad para despedirse de ese modo que una llena de belleza. Jaime emprende el último viaje a una ciudad rebosante de luz,  pero sobre todo, lo que emprende Jaime es un viaje que le llevará a mirar hacia su interior. Y el interior de Jaime es como la iglesia de San Marcos: quizá no exista otra iglesia en Florencia que resalte mejor la fuerza de la luz en su lucha contra las tinieblas.

Leer Sonata para perdedores me ha traído por su atmósfera, el recuerdo de sensaciones que tuve leyendo El lobo estepario, Fausto, El retrato de Dorian Gray, o El jugador. Porque en ella nos encontramos a un hombre distanciado de la sociedad, que quiere quitarse la máscara, que le cansa llevarla; encontramos un pacto con el diablo; y nos encontramos a alguien que quiere que unos jóvenes dibujen su cuerpo pero que les pase desapercibida su alma decrépita, envejecida y carente de alegría. Me recuerda también porque hay juego, apuestas: No son unas partidas de ajedrez. Son las partidas. En estas se comienza jugando dinero y se acaba vendiendo el alma al diablo. Y a Jaime le gusta apostar: y entre partida y partida llegó la noche que marcó el devenir de mi vida. La que dio comienzo al canalla en el que luego me convertí.

 Como le dice Jaime a su confidente Arturo ,acomódate, nosotros debemos hacer lo mismo.  Acomodarnos y seguir leyendo, escuchando.

También me recuerda a esas historias, por la gran cantidad de fragmentos para subrayar y pensar.  En mi caso, cinco folios: anverso y reverso.

Sonata para perdedores suena a otra época, pero con interrogantes que nos acompañan en todas. Me sorprende para bien que un libro como éste lo lean chicos  y chicas de 4º de la ESO y 1º Bachillerato (Psicología).  

Después de leer Kubrick y la filosofía, me apetecía leer algo más de José Manuel Campillo. Me gusta la apuesta que hace su autor, tanto en el ensayo como en la ficción. Se agradece tener la oportunidad de pasar un buen rato, pero siempre acompañado de un plus que nos lleve un poco más allá. O más acá.
                                                                                                                                           
Unos veinte minutos después entró en una librería. No estaba muy seguro de que debiera hacer lo mismo, pero la curiosidad me pudo. Quería saber sus gustos literarios. Era consciente de que las distancias se acortaban y que la decisión no era muy acertada, pero las librerías siempre han sido mis santuarios particulares y ahora que ella profanaba uno de ellos quería saber por qué o por quién lo hacía.

Y yo te pregunto, ¿tú por quién o por qué  profanas las librerías? y de paso os recomiendo la librería La Central que han abierto hace poco en Callao (Madrid). Para quedarse a vivir allí.   

Patricia L.

Nota:Se puede adquirirSonata para perdedores en versión Kindle por0, 99euros; y en formato papel por 15; el libro de “Kubrick…”desde hace unos días estádisponible en papel por 8,80 euros; y en versión Kindle por2,87.

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miércoles, 3 de octubre de 2012

Almas grises, de Philippe Claudel.

Pero nada es simple. Los únicos que no se equivocan son los santos y los ángeles. Almas grises, de Philippe Claudel (Nancy, 1962) no nos habla de santos ni de ángeles, pero sí de personas que sonríen a los demás aunque estén desgarradas por dentro; que cuentan pero también esconden muchos secretos; de mutilados, tanto de brazos como de corazón; de padres, esposos, novias y de  personas que pensaban que eran felices, hasta que llegó un día en el que todo empezó a derrumbarse. Como se derrumbaba más allá de sus límites, de su colina, otro mundo: Por supuesto, oíamos la guerra. La habíamos visto anunciada en los carteles de la movilización. La leíamos en los periódicos. Pero, en el fondo, la sorteábamos, convivíamos con ella como se convive con un mal sueño o un recuerdo amargo. No acababa de formar parte de nuestro mundo. Pertenecía al del cinematógrafo.

            Lo que no pertenece al cinematógrafo es la aparición en 1917 del cuerpo sin vida de una niña de diez años: Belle de Jour. De este hecho trágico y del misterio que le envolvió, quiere dar cuenta el narrador de la  historia. Un hombre que en aquél entonces tenía treinta años y ya ha cumplido los cincuenta.

            En esos veinte años han pasado muchas cosas, y sólo le queda la memoria y muchas preguntas sin contestar. A través de los recuerdos y su materialización en la escritura, tratará de excavar en todo lo que tuvo alguna relación con el denominado Caso, teniendo que dar cuenta no sólo de ese triste día, sino de los años anteriores y también posteriores, y sobre todo de un gran número de existencias grises. Las cosas no son ni blancas ni negras, lo que reina es el gris: los hombres, sus almas…, pasa lo mismo.

            En esta historia, pocas veces se mencionan colores que alegren sus páginas, porque en este pueblo, cualquier destello de color, de belleza –como lo tenía la pequeña Belle de Jour –al igual que ocurre con una flor, termina marchitándose o directamente es arrancado de cuajo. Y entre el lento marchitar y el adiós rápido, muchos preferirán el segundo, envidiando, si no lo consiguen, la suerte de quienes sí lo tuvieron: No conoció el mal, se fue sin conocerlo. A nosotros, en cambio, el mal nos ha vuelto feos.

            No es de extrañar que con tanta fealdad, tanta maldad, y tantos valores que ya han perdido todo el valor que pudieron tener un día, un personaje, Joséphine La Pelleja, confiese: Si tuviera buenos cacharros de cobre, los colgaría igual, y producirían el mismo efecto, la sensación de que el mundo no es tan feo, de que a veces hay pequeños reflejos dorados, y de que en el fondo la vida no es más que la búsqueda de esas migazas de oro.  

            Y no es la única que confiesa. El propio narrador también confiesa todo lo que en su día no se atrevió. Y es que a veces se silencia demasiado. Porque interesa no decir, porque interesa ocultar, porque es mejor mirar hacia otro lado, por miedo, porque no somos una ciencia exacta. En Almas grises no sólo se trata de dar respuesta a un asesinato, sino a muchas otras preguntas: las que le hace el narrador a los demás, las que se hace a sí mismo, y las que nos hace a nosotros, como parte que formamos de un todo.

            Para terminar, sólo decir que la prosa de Philippe Claudel está llena de belleza. Una migaza de oro.

            Abstenerse de su lectura santos y ángeles.

            P.D: Almas grises es el primer libro que hemos leído en el Club de lectura de San Lorenzo de El Escorial. A la mayoría, no digo a todos por si acaso algún comentario se me pasó por alto, nos ha gustado mucho. Y además ha dado juego a la hora de comentarlo.Variedad de interpretaciones.

Patricia L.

Nota: Este post aparece también en el blog colectivo A leer que son 2 días. Para leer comentarios a la entrada, puedes dirigirte allí.